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"TODOS TENEMOS UN GRIAL... Y YO HE ENCONTRADO EL MIO".

miércoles, 15 de agosto de 2007

IV.- Leah Sublime.



Frontispicio de uno de los folletines que publicó el poema de Aleister Crowley que dedicara a Leah Hirsig titulado Leah Sublime (uno de los muchos poemas a ella). En él se puede apreciar una caricatura de Alostrael hecha por el propio Crowley en la cual sus rasgos físicos descritos anteriormente son resaltados como parte de su personalidad, ella además se encuentra sentada en un aparente yoni (falo). La fotografía pertenece a la edición canadiense de lujo de la Editorial 93, fechada el 22 de Septiembre de 1976, esta edición solo posee 39 copias.


En 1920 las cosas empezaron a marchar mal en la Abadía, en pleno acto de Magia sexual que se festejaba para buscar la estabilidad y prosperidad bajo la protección de Horus entre Crowley y sus dos concubinas, estalló una violenta discusión entre ellas. La hermana Cypris, Ninnette, desnuda y altamente alterada escapó hacia la ladera del cerro de Cefalú, mientras la Bestia la perseguía temiendo que callera a un precipicio, su hijo Howard tiernamente le acompañaba.
Cuando todos llegaron a la Abadía sanos y salvos Alostrael se encontraba bebida, pues se había hecho con una botella de brandy, cuando entraron maldijo a la hermana Cypris y una nueva discusión comenzó. Crowley intervino convenciendo a Ninnete de que se fuera a descansar, Leah "como si quisiera decir la última palabra" comenzó a vomitar y tener convulsiones. Mas tarde ya repuesta la calma, Alostrael le confesó sus celos a Crowley por culpa de Ninnette, le era ya imposible e intolerable soportar la condición de compartir a su esposo y compañero mágicko.


Con los dias Poupeé empeoró de salud, no ingería ningún alimento y se encontraba constantmente molesta producto de la fiebre, “se estaba consumiendo, literalmente”. Crowley estaba realmente preocupado por el futuro de la niña, elaboró una carta astral y consultó el Yi King. Los pronósticos no eran favorables. Leah por su parte trataba de hacer todo lo posible por revertir la situación de su pequeña hija, tanto en el plano material, como en el plano magicko. La Bestia consideraba una lástima que todo aquello pasara en medio de un paisaje optimo para el trabajo de la Gran Obra, el cual se contemplaba como una verdadera "opera visual", pintó cuadros, realizaba rituales, escribió y esnifaba cocaína, pero nada podía calmarle.


Las lesbianas un cuadro realizado por Crowley, justamente en medio de estos hechos.

“De improviso, era consciente de que en la casa había una presencia extraña e indeseable, que se combinaba con la abrumadora sensación de estar asfixiándose. Admitió que Alostrael y él sufrían últimamente de alucinaciones: había oído golpes secos y nítidos, a veces solos, a veces formando una cadencia; y también pasos humanos, cuando no había nadie presente. La Virgen Custodia también había tenido alucinaciones, como ver a la Bestia fuera de la casa, o en la cocina o dondequiera que mirase” (Sym 334)

A pesar de esta sensación maligna, todos los ritos debían efectuarse de la misma forma como se habían estado realizando, pero investigando conjuntamente la procedencia de aquella corriente extraña y desfavorable, la miseria debía ser alejada de la Abadía.

Hacia finales de mayo, cuando el tiempo comenzaba a ser caluroso, Leah enfermó. Crowley describe sus síntomas: fiebre, deliraba, vomitaba y tenia diarrea. Diagnostico: disentería. Tres días después, cuando de madrugada, la Bestia estaba escribiendo una poesía, la enfermedad de Alostrael llegó a una fase aguda. Durante una hora estuvo gritando de un modo espeluznante. El medico local le había prescrito láudano. Crowley no quiso contradecir al médico y se abstuvo de curarla según sus métodos; pero incapaz de soportar sus gritos por más tiempo, le administró bajo la lengua la octava parte de un grano de heroína, que la hizo dormir. Así pudo dejarle en paz para escribir otras dos poesías.

En aquella época Crowley estaba fascinado por la correspondencia que mantenía con una actriz de Hollywood llamada Jane Wolfe, que más tarde se uniría al trabajo de la Abadía pasandose a llamar Metonith, pero indudablemente su corazón estaba conmovido por la condición de Leah, y su amor por ella era mas profundo.

“Con las ultimas campanadas de la medianoche, entraba en el templo para hacer, según su costumbre, la Adoración al Sol de Medianoche… estaba en pie ante el Altar, lo que le permitía ver, a través de la puerta abierta del dormitorio, a Leah. Conmovido por sus luminosos ojos y su apariencia ultramundanal, tomó su álbum de dibujo y comenzó a tomar un apunte de ella, tal y como era: Babalón, su Ramera Escarlata de las Estrellas. Reflexionó sobre el hecho de que la palabra Thelema, que en griego quiere decir “Voluntad”, la voluntad del Haz lo que quieras, daba, mediante combinaciones mágicas, Babalon y la Bestia; así pues, las tres palabras se hallaban entrelazadas mediante una fórmula mágica. Cuando acabó el apunte, le puso título: “Leah con enteritis”

Si, ¿Quién era Leah en esencia? ¿Quién era Beatriz antes de que Dante se fiajse en ella? De “una maestra de escuela prosaica, fea, ignorante, aburrida y corriente” – de lo cual Symonds añade que “Esta descripción que Crowley hace de su primer encuentro con Leah Hirsig no es exacta ni honesta” – él había hecho su Ramera Escarlata, perfecta más allá de toda alabanza, adepta a todas las artes, e hija de Dionisio. Su ardor, su fe, su coraje, no tenían igual en el mundo. Con él había franqueado todos los umbrales. “no había cosa alguna que juntos no se hubiesen atrevido a hacer; no había pena alguna que no hubieran sufrido juntos”.

A pesar de esta admiración profunda y sincera siguió aterido en sus sensaciones confusas ligado a la fasicnación imaginaría de Jane Wolfe una actriz del más alto garbo, sigúió consumiendo drogas en altas dósis, escribiendo y pintando. Disfrutaba Crowley del paisaje conmovedor que rodeaba a la Abadía e incluso probó operaciones homosexuales con un tal Mohammed Tsaida en Tunez. En algunas ocasiones viajaba a Palermo a conseguir Heroina, sin embargo al igual que Alostrael de un momento su salud se resintió.

El 28 de junio Crowley había ido a buscar a Jane Wolfe a Palermo, pero volvió sin ella a la abadía. Desconsolado empleó toda la noche en escribir un poema para su Mujer Escarlata – “Creo que concentraré todas mis obscenidades en un poema y haré que Leah figure en él, sin andarme con eufemismos”. Sería el famoso Leah Sublime.

¡Diosa que estás encima de mí!
Serpiente del fango
¡Alostrael, ámame!
Nuestro amo, el diablo,
Se crece en las juergas.

¡Pisa con tu pie
Mi corazón, hasta que me duela!
¡Písalo, pon la mancha de tu suciedad en mi amor, para mi vergüenza,
Garrapatea tu nombre!

Uno de los extractos más radicales del poema lee de esta forma:

"Sprawl on me! Sit
On my mouth, Leah, shit!
Shit on me, slut
Creamy the curds
That drip from your gut!
Greasy the turds!
Dribble your dung
On the tip of my tongue!"
"¡Ábrete sobre mí! Siéntate¡
En mi boca, Leah, caga!
Cágame encima, perra¡
Cremosa la cuajada
Que gotea de tus tripas!
¡Grasientos los zurullos!
¡Vibra tu bosta
Sobre la punta de mi lengua!"

Debo confesar personalmente que me impresionó de muy mala forma la lectura de este poema, pues en realidad en la gran mayoría de sus pasajes se vuelve ofensivo y lunático, sin embargo es absolutamente comprensible a los ojos de la constante experimentación crowleyana. él deseaba de una vez por todas terminar con los monumentos de la moral victoriana a través de "cualquier cosa mala o buena, pero fuerte", la revolución era su norte y eso se encarnaba incluso en sus expresiones de amor. En la sinceridad, no había pecado, sino en la restricción, en el imponerse límites. Algunos de estos poemas recuerdan por ejemplo las cartas más inflamantes del genio de Mozart que le escribía con un eterno amor, pero también con una obseción escatológica, las más francas y delicadas cartas de amor que he leído. Es cierto admás que el Leah Sublime, es solo un reflejo de la pasión existente entre ellos dos, pero también es cierto que Crowley dedicó otros poemas de alto nivel espiritual, casi a una atmosfera de absoluta candidez como El punto suave, que he publicado en inglés y prontamente en castellano.

Pese a todo esto, aún me pregunto que impresión le abrá llevado la lectura del Leah Sublime a nuestra amada Maestra Alostrael, ciertamente y lo más posible es que dada su condición de Mujer Escarlata lo menos probable es que se halla sonrojado...

...al menos durante aquella época.

Se suele juzgar e Crowley por este poema... pero ¿alguién a leído las cartas que Mozart le escribiera apasionadamente a su esposa? Y las cartas de muchos otros genios, y ¿quien los juzga como perversos o desequilibrados mentales?











Imagenes de la película Abbey of Thelema del director John Jennings







Dibujo a grafito, Leah embellece a Cafalú. De la colección personal, La Amada Maestra, 25X32 cm, 2008.

Anno IVxv Sol 22° Leo, Luna 19° Virgo Dies Mercurii, miércoles, 15 de agosto de 2007 e.v.

"Do what thou wilt shall be the whole of the Law." - AL I,40
"Love is the law, love under will." - AL I, 57

1 comentarios:

Luz dijo...

Te estaba buscando...
me gustaria hablar contigo te dejo mi correo...
Maria_luzysombra@hotmail.com

Nada es casualidad y lo sabes
llego la hora de hablar...